Tierra - Desastres naturales

¿De qué hablamos cuando nos referimos a los desastres?


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Un desastre puede caracterizarse como un evento que afecta al funcionamiento normal de una comunidad, con pérdidas de vidas y daños de magnitud en sus propiedades y servicios que impiden el normal desarrollo de las actividades esenciales y normales de la sociedad.

Esta situación significa la desorganización de los patrones normales de la vida, genera adversidad, desamparo y sufrimiento en las personas, también causa efectos sobre la estructura socioeconómica de una región o un país y/o la modificación del medio ambiente; todas estas circunstancias determinan la necesidad de asistencia e intervención humanitaria inmediata.

La dimensión de un desastre no sólo depende de la cantidad de gente que puede ser afectada sino también de su escala en términos ecológicos, económicos y sociales. Un evento podría no afectar personas en forma directa, pero podría causar perjuicios sobre el ambiente o los recursos y también se le otorgaría el carácter de desastre.

Los efectos de un desastre pueden clasificarse en: pérdidas directas o indirectas. Las pérdidas directas están relacionadas con el daño físico, expresado en víctimas, en daños en la infraestructura de servicios públicos, en las edificaciones, el espacio urbano, la industria, el comercio y el deterioro del medio ambiente, es decir, la alteración física del hábitat. Las pérdidas indirectas, generalmente, pueden subdividirse por sus: efectos sociales, tales como la interrupción del transporte, de los servicios públicos, de los medios de información y la desfavorable imagen que puede tomar una región con respecto a otras; y por sus efectos económicos, los cuales representan la alteración del comercio y la industria como consecuencia de la baja en la producción, la desmotivación de la inversión y la generación de gastos de rehabilitación y reconstrucción.

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