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Frente a una amenaza de desastre es sumamente importante estar preparado para reducir los efectos negativos del desastre. La preparación se vincula con la educación de la población en lo que refiere a las acciones a realizar frente a la ocurrencia de un desastre. Estas acciones conducen a minimizar las pérdidas de vidas y los daños, y a facilitar el rescate, la ayuda y la rehabilitación de los damnificados. Todas estas acciones son de índole administrativa, individual y comunitaria.

Otro aspecto sumamente importante frente a la ocurrencia de un desastre es la prevención. El poder anticipar cómo se va actuar en caso de desastre permite reducir considerablemente la vulnerabilidad de un sistema. La prevención da lugar a la intervención sobre ciertos factores constitutivos de la ocurrencia de desastres.

Una vez ocurrido un desastre hay que llevar a cabo acciones de mitigación, aplicar un conjunto de medidas que aminoren el impacto del desastre contribuyendo a mejorar la capacidad de la comunidad para absorber el impacto con el mínimo daño o efecto destructor.